Recientemente, volvió a los medios Rodolfo Terragno en razón de haber sido apoyada su inclusión como candidato en estas legislativas que se avecinan en el distrito capitalino. Ex Jefe de Gabinete de la Alianza y ex ministro de Alfonsín, Terragno siempre despertó mi atención. No es justamente por sus dotes políticas, que de seguro no son las que lo destacan, sino su interés por asociar la política con las ideas.
Es cierto que las ideas políticas debieran ser centrales en el ámbito del debate, pero sabemos que hace tiempo que nuestra menguada cultura política carece de referentes importantes en ese plano. Como varios intelectuales han coincidido recientemente en el diario Clarín, estamos ante un divorcio entre ideas y acción, que contrasta abiertamente con otras etapas de nuestra historia nacional.
Encontré en el sitio web del diario Los Andes, de Mendoza, una entrevista al ex senador Rodolfo Terragno, persona que - al menos por ser de los pocos políticos de proyección nacional con inquietudes intelectuales -merece consideración. El abogado y periodista porteño, que prosiguiera su labor periodística en Venezuela, primero, y en Inglaterra, después, durante su exilio obligado, alcanzó renombre por haber realizado un best-seller, La Argentina del siglo XXI que llevó al ex presidente Alfonsín a interesarse por su figura. Desde entonces, pese a haber actuado en diversos cargos públicos, no ha abandonado su labor intelectual, la que difunde a través de su propia página web, desde la cual uno puede acceder gratuitamente a varios de sus libros en formato digital.
He recortado algunos comentarios de Terragno que me parecen interesantes, con algunas acotaciones:
-¿Puede volver a funcionar bien Aerolíneas en manos del Estado?
-¿Puede volver a funcionar bien Aerolíneas en manos del Estado?
-Sí, puede, en la medida que se hagan alianzas estratégicas. Hoy, aunque se quede sin deuda, al día siguiente empieza a generarla. Hay un caso a estudiar, el de Lan Chile, a quien el Estado chileno sacó de la quiebra y le permitió absorber empresas de carga.
-¿Como le va yendo a LAN?
-Hoy tiene el 70% del mercado interior chileno y 30% del exterior y está en muchos países. Eso es porque hizo un acuerdo estratégico con American Airlines.
-¿Es preciso una línea de bandera?
-Sí, pero más que para pasajeros para transporte de cargas que cada día será más importante. Y allí es muy peligroso depender de líneas ajenas. Por ejemplo, para una política exportadora hay que tener una red de transporte aerocomercial diseñada en función de nuestros intereses. Ése es el aporte que quiero hacer, pensar en lo estratégico, porque no creo que nadie esté discutiendo en serio el problema en sentido estratégico, ni gobierno, ni oposición, ni privados. (¿Podríamos pensar en exportar productos orgánicos envasados contra-estación para un segmento de alto poder adquisitivo?)
-Le pido que aunque sea me dé una somera opinión sobre lo inmediato.
-Si tuviera que hacer un diagnóstico, le diría que me parece difícil que el secretario de Transporte dure mucho tiempo en su cargo.
-Hablemos un poco sobre el significado del conflicto con el campo.
-Yo fui el único o uno de los únicos que en tanto senador votó en contra de las retenciones, no ahora sino cuando fueron introducidas.
-¿Por qué?
-Yo pienso que si hay una ganancia inesperada no vinculada a la productividad o inversión, ella tiene que ser objeto de una distribución importante, pero una cosa es gravar utilidades extraordinarias y otra es gravar facturación. (La crisis mundial no tardó en generar un impacto importante sobre los precios de los productos agropecuarios, lo que de seguro habrá resultado un balde de agua fría para los anunciantes de un nuevo panorama idílico para nuestros países agro-minero-exportadores, como el señor Jorge Castro o el Ingeniero Huergo, quien desde Clarín Rural se preocupó por difundir falazmente que vale lo mismo un kilo de lomo argentino que un kilo de Audi)
-¿Eso significan las retenciones?
-Claro, para mí las retenciones son un impuesto a los ingresos brutos que se le cobra a cualquiera, no importa si gana mucho o poco. Contra la opinión no sólo del PJ sino de la UCR, mi propio partido, yo veo a las retenciones como regresivas, retardatarias, injustas. Por eso estuve en contra de ellas cuando ni siquiera el campo estaba en contra.
-¿Por qué el Gobierno perdió el conflicto?
-Por un grave error de percepción: el Gobierno creyó que le declaraba la guerra a Patrón Costas y terminó peleando con De Ángeli y la Federación Agraria. Y esto es porque no han visto que la revolución tecnológica cambió los modos de producción y ello cambió la organización social del campo.
-¿En qué sentido?
-Hoy la organización social del campo es muy parecida a la organización social de una industria y más que activos fijos forma cadenas de producción. Por eso el principal sojero del país ni siquiera es propietario. La organización en pools significa que una pyme agraria forma parte de una cadena de producción y por lo tanto sus intereses son comunes con los otros eslabones de la cadena. Ahora, si uno atrasa 50 años y piensa que el campo está aún formado por terratenientes y aún tenemos agricultura extensiva, que no hay semillas tecnológicas, que aún hace falta una hectárea por cabeza de ganado… si uno piensa así sigue teniendo la imagen de esa oligarquía vacuna y me parece que esto en nuestra clase política urbana ha pesado muchísimo. No sólo en la oficial, sino en toda. (Junto al énfasis en la diferencia entre los patrones de organización social del agro, habría que meditar también - como aquí se deja entrever - la importancia creciente del CONTROL de la producción antes que la PROPIEDAD, fenómeno que en líneas generales ya viene siendo advertido por Alvin Toffler desde fines de los setenta. Es importante sumar que hay que dejar de lado en el imaginario social la visión del productor agropecuario como explotador de un rubro meramente extractivo, pues crecientemente el campo requiere de aportación de valor mediante la incorporación de insumos biotecnológicos, además de la maquinaria agrícola).
-¿Este predominio del campo permite imaginar un modelo distinto al industrial convencional que defiende esa clase urbana?
Es posible un modelo distinto al que tuvimos. Lo que planteaba Raúl Prebisch, con la sustitución de importaciones hace varias décadas, es que era un pésimo negocio vender materias primas y comprar los productos industriales porque las primeras estaban condenadas a valer cada vez menos y los segundos cada vez más. Pero hoy, al menos circunstancialmente tenemos a Prebisch patas para arriba. Hay una situación de los commodities que nosotros vendemos que es de mucho peso y que a mi no me parece que vaya a variar dramáticamente en los próximos años. (Más allá de las variaciones circunstanciales en el precio de las materias primas, hay que apuntar a la necesidad de poner énfasis en las tendencias de largo plazo, que se mantienen aún vigentes. Esta cuestión pasa por generar una estructura productiva con crecientes niveles de agregación de valor a lo producido - actualmente seguimos exportando mayoría de productos agropecuarios y manufacturas de origen agropecuario. Una evaluación de la vigencia, pese a algunas variaciones temporarias, de la ley del deterioro en los términos del intercambio, puede leerse AQUI).
-¿O sea que debemos volver a las materias primas por su alto valor actual?
-No necesariamente, porque uno puede ser una Arabia Saudita de la soja, un emirato. Por eso a mí no me parece tan importante ver con qué gana uno el dinero, sino que hace con el dinero que gana. (Esta es la diferencia entre crecimiento y desarrollo. El primero es de carácter cuantitativo, mientras que el segundo tiene un carácter cualitativo. El primero puede aparecer por razones exógenas, en respuesta a una variación circunstancial en el mercado internacional. El segundo es fruto de un esfuerzo deliberado del Estado nacional por generar un cambio en la estructura productiva mediante el establecimiento de sectores prioritarios hacia los cuales promover inversiones, generando cadenas de valor).
-¿Usted qué haría?
-Yo creo que la Argentina tendría que estar desarrollando nuevas ventajas competitivas, algunas vinculadas a la agroindustria. En biotecnología también. Y algunas especialidades en áreas industriales. Diversificando la producción. Los países desarrollados no son industriales y no agrarios, sino que son industriales y agrarios a la vez. Y tienen una diversificación de la producción, pero no autoabastecimiento. Ni EEUU fabrica hoy televisores. No hay que buscar la autarquía, sino la diversificación. (Sigue vigente la proclama de Alexander Hamilton, quien sostuvo para los Estados Unidos la necesidad del "desarrollo combinado": agro e industria de la mano, saliendo del debate estéril en favor de un sector u otro).
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